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Choqolaqa: La antigua Arequipa

LA CIUDAD PETRIFICADA POR LOS APUS

Publicado: 2015-08-28

Tisco, un pequeño distrito en la provincia de Caylloma, no está lejos de convertirse en la nueva ruta turística de la región, gracias a sus impactantes paisajes naturales y valiosos monumentos históricos. Un lugar hecho de historia y misticismo que nos conduce por diversos parajes hasta llegar a la antigua Arequipa: Choqolaqa la ciudad de piedra. 

El primero de agosto se celebró, en ese mágico rincón, el “I Festival Turístico artesanal Tisco – Choqolaqa”, oportunidad para revelar al mundo los atractivos y formaciones naturales que la rodean, así como mostrarse a los visitantes en su cotidiana autenticidad: la ganadería, la cría de alpacas y vicuñas y la pesca de truchas, son sus principales fuentes de ingreso; pero también hacen parte de otras actividades, como pertenecer a asociaciones internacionales dedicadas a la protección de animales simbólicos de nuestro país.

Tisco alberga alrededor de 1850 habitantes, quienes deben viajar por cerca de 4 horas si quieren llegar hasta Arequipa. Pero el trayecto lo vale si aparecen ante la vista las lagunas temporales congeladas por el intenso frío, como una forma natural de convertirse en una reserva de vida para los pastizales y animales de la zona. 

Minutos antes de llegar al pueblo, se puede divisar un pequeño grupo de casas construidas en adobe y piedra, con techos de paja que han sido acondicionados con calaminas para que la lluvia no los afecte; grandes corralones donde viven alpacas y vicuñas, caracterizan todas las casas. Las calles son pequeñas y en su totalidad conducen a un portal que permite ingresar a la iglesia del lugar, ubicada en la plaza.

La Iglesia San Pedro Apóstol fue construida en el siglo XVIII, un templo colonial perteneciente a la orden franciscana, de estilo barroco con influencias cusqueña, collagua y arequipeña; está flanqueada por cruces en los dos ingresos que conducen al templo principal. Decorada en la atrio principal con plantas dibujadas con tinte natural rojo. Ingresando por una puerta trasera, se puede llegar a la cima, desde donde se aprecia el pueblo en su totalidad. Una de las torres cuenta con cuatro campanas atadas a una soga cuyo movimiento puede alertar sobre la hora. Al llegar el mediodía, uno de sus habitantes las hace repicar en frecuencias y tonos diferentes. 

A través de una ruta de trocha, de por lo menos dos horas, entre cerros y riachuelos, se llega a una cima desde donde se puede apreciar la ciudad de piedra.

Choqolaqa, la denominada Antigua Arequipa, sería producto de la desobediencia de los antiguos arequipeños hacia los apus, razón por cual fue petrificada y, aún ahora, puede apreciarse una urbe entera en las formaciones rocosas. La particularidad de la zona es ese misticismo provocado por las semejanzas de las figuras de piedra con mujeres, ángeles, animales como focas, elefantes, cóndores; así como castillos, torres y calles. Se puede reconocer, por ejemplo, un paraje muy parecido al viejo barrio de San Lázaro, entre otras.

Sobre los 4 mil 800 m.s.n.m yace la ciudadela, despampanante, ante los ojos de turistas y pobladores de zona; un tesoro en bruto y al natural. Sebastián Huaracha, alcalde de Tisco, y Eleodoro Maqui, representante del centro poblado de Cota Cota, son los encargados de dar la bienvenida a los visitantes. Nos felicitan por haber logrado la hazaña de llegar hasta allí. Niños y adultos del distrito, los dueños de casa, son quienes nos conducirán por la ciudad de piedra. 

Antes de ingresar, Cayetano Quico, guardaparques, y señoras integrantes de la Asociación de criadores de vicuñas, nos cuentan el proceso de mejoramiento genético, así como el cuidado y protección de sus animales, que los ha convertido en exportadores de fibra a Europa.

El recorrido comienza en el barrio San Lázaro, donde hay formaciones en forma del órgano sexual de la mujer. Al pasar el callejón de piedra, se necesita al menos dos horas para conocer la ciudad inmortalizada, tiempo que no se alarga únicamente por el frío. 

Luego, los habitantes de Tisco nos ayudan a reponernos gracias a una ceremonia de pago a la tierra y una fiesta de danzas típicas, platos a base de truchas, carne de alpaca y quinua. Inolvidable.

Texto y fotos: Albety Lobos


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