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INFORME. Secando el Río Ocoña

PROYECTO HIDROELÉCTRICO DE SOUTHERN DEJARÍA UN CAUCE DE 3 METROS CÚBICOS A LO LARGO DE 18 KILÓMETROS

Publicado: 2015-10-21

Una empresa que le pertenece a la compañía Southern Perú Cooper Corporation pretende construir una represa en el la localidad de Chaucalla, al inicio del río Ocoña, cuyas aguas represaría inundando tierras agrícolas y poniendo en riesgo el ecosistema que alberga el camarón de río, además de otras especies y un pueblo tradicional. 

Chaucalla es un poblado conocido por sus vinos, producto de una variedad única llamada uva aceituna con una tradición agrícola prehispánica, como atestiguan sus andenes y su hermoso paisaje. Bañado por la orilla izquierda del río Ocoña, en el distrito de Toro, provincia de La Unión, este paraje está cerca al límite con la provincia de Condesuyos, donde se origina el poderoso río Ocoña, fuente de vida de decenas de especies y fuente de sustento de cientos de pescadores a lo largo de la cuenca que atraviesa, desde La Unión, pasando por Condesuyos, hasta la provincia de Camaná.

El mayor problema que los potenciales afectados identifican en el proyecto de una Central Hidroeléctrica, es el riesgo en que ponen al camarón, truncando su ruta ecológica (ciclo biológico), con una obra que implica una monumental infraestructura en medio de un valle productivo. Además, la desaparición de áreas agrícolas y el riesgo de hundimientos del actual poblado de Chaucalla.

Según el proyecto presentado al Ministerio de Energía y Minas en el 2008, por la empresa Ocoña Hydro, la idea es construir una central hidroeléctrica utilizando el caudal del río Ocoña, que generaría 165,6 MW Megawatios. La empresa Ocoña Hydro, según Registros Públicos, le pertenece en un 99% a la Southern Perú y la presentación del proyecto de hidroeléctrica coincide con la del proyecto Tía María, cuyos requerimientos energéticos podría satisfacer en su totalidad, además de contribuir para sus operaciones en Cuajone y Toquepala.

El diseño del proyecto comprende un dique de 30 metros de altura para represar el agua del río y, mediante un túnel derivador, llevarla 18.915 kilómetros abajo donde provocarían una caída de más de 220 metros para generar la energía requerida y devolver el caudal al río Ocoña.

El problema es que el caudal ecológico que discurriría en estos 18.915 kilómetros sería de apenas 3 metros cúbicos durante nueve meses al año, exceptuando la temporada de lluvias lo que equivaldría a destruir el ecosistema de ese tramo por el que circulan no menos de 70 metros cúbicos de agua, en la época más baja del año.

Además, el represamiento de las aguas generaría un espejo de agua de 39 hectáreas, en un área colindante con el pueblo de Chaucalla inundando 9 hectáreas de tierras agrícolas y provocando un cambio climático de consecuencias no previstas en el Estudio de Impacto Ambiental.

El camarón gigante de río que se pesca en esa zona, sería la primera víctima.

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