Han pasado cuatro años desde que un grupo de jóvenes denunciaron públicamente haber sido ultrajados por el fundador del movimiento Sodalicio de Vida Cristiana, Luis Fernando Figari. Si bien en la capital el cardenal Cipriani aún elude el tema, en Arequipa, el arzobispo Javier del Río Alba, reconoció que evitar el escándalo fue el peor error que cometió la Iglesia. 

Del Alba calificó como un acto monstruoso y condenable el abuso sexual que habría cometido el Figari. Por tal razón la autoridad eclesiástica invocó a las víctimas de violación a no callar y denunciar estos actos ante el Ministerio Público y no solo a la Iglesia.

En ese sentido Del Alba acotó manifestó que le parecía extraño que el cardenal Juan Luis Cipriani, y el Tribunal Eclesiástico Interdiocesano de Lima, aún no se hayan pronunciado al respecto.

“Definitivamente la imagen de la Iglesia queda manchada, pero estos casos hay que tratarlos con total transparencia”, señaló.

El arzobispo planteó que para evitar los ultrajes contra los menores, cada parroquia debe monitorear y fiscalizar al personal que realiza las charlas de capacitación a niños y adolescentes. Además los padres deben conocer el entorno social de sus hijos en las parroquias.