Desafortunadamente para el agro y otras actividades altamente dependientes de los cambios y fenómenos climáticos, los estudiosos coinciden en señalar que, esta temporada, el fenómeno de El Niño golpeará al país con fuerza. En el Sur y en Arequipa se espera, por un lado, sequía y muerte en las alturas; y lluvias e inundaciones en las zonas bajas, así como variaciones y climas mixtos en las zonas medias como la ciudad. Aunque parece que de todas maneras habrá consecuencias que lamentar, aún podemos prevenir. 

El director de la Autoridad Autónoma del Agua I Caplina Ocoña (con jurisdicción desde Arequipa hasta Tacna), Isaac Martínez, ha advertido que, de acuerdo a sus estudios, son 222 mil 691 personas que se encuentran en riesgo en las regiones de Arequipa, Tacna y Moquegua, lo que implica que estarían bajo los efectos de El Niño un total de 563 poblados y 53 mil 220 viviendas.

Hablando solo de la región Arequipa, el proceso de identificación de zonas vulnerables por activación de quebradas, alcanza a 75 centros poblados que están en riesgo, lo que incluye a 8 mil 692 viviendas y 30 mil habitantes. Entre ellas, corren mayor peligro por su ubicación cercana a cauces, 13 localidades, las que deberían emprender acciones de prevención de inmediato.

Las acciones recomendadas son la limpieza y descolmatación de los cauces de las quebradas, organización de la población y creación de sistemas de alerta temprana, ubicación de rutas de escapo o zonas de evacuación, instalación de estructuras temporales de protección en los lugares de mayor riesgo, entre las más urgentes.

Recomienda además otras medidas a mediano plazo que ya son responsabilidad de las autoridades, pero que se debería iniciar a pedido de la población para no repetir, año tras año, las dramáticas escenas tras la destrucción que suelen generar los fenómenos naturales por falta de planificación. Entre ellas, delimitar la faja marginal de las quebradas para desocuparlas permanentemente, instalar muros o diques en los cauces en zonas de desborde o erosión, reubicar a las familias instaladas en zonas de alto riesgo, forestar las riveras de las quebradas e instalar reservorios y represamientos para controlar las inundaciones en las partes medias y bajas de la cuenca.